Después de dedicar un día a conocer Briançon, segunda ciudad más alta de Europa, a 1.350m de altitud y patrimonio de la Humanidad por la Unesco, nos vamos de nuevo a la montaña.
A apenas 7km de la citada ciudad de arte e historia se inicia el valle que recibe su nombre del río Clarée. Es un valle preservado en el que destaca la autenticidad y el carácter de sus pueblos. Todavía es temprano y la soledad acrecienta esa sensación. Aquí no hay doblez o falsedaz, la vida en el valle debe de ser tan dura como parece. Y sin embargo, tiene muchísimo encanto.
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| Casas rústicas en Névache |
La ruta sale de Névache, a 1590m, un pueblico que conserva numerosas construcciones ejemplo de arquitectura tradicional de la zona. La cima emblemática de la zona es el monte Tabor (3.178m), durante años frontera francoitaliana. Descartamos este itinerario por falta de nieve para el ski de randonée y por falta de tiempo.
Comenzamos por la pista del valle con los esquís calzados desde el mismo pueblo. Aunque nos los tenemos que quitar en un par de ocasiones. No tenemos en mente ninguna cima concreta, a ver qué se ve desde el col de Buffère...
Tomamos el desvío al Refuge Buffère y la senda comienza a empinarse, el tramo de bosque esta helado y con piedras. Deberemos bajar con los esquís en la mochila. Salimos del bosque y admiramos el valle de La Clarée.
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| Río Clarée congelado |
Pronto llegamos al bonito y muy cuidado refugio de Buffère.
Seguimos remontando el valle y ya cerca del collado el viento azota con fuerza. La nieve está súper helada, nuestros esquís no dejan traza.
Bueno, pues en el col de Buffère 2427 m. quitamos las pieles y esquiamos de bajada el valle. ¡Bonita excursión!
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