sempieternos Argualas |
Finalmente enlazamos con la ruta normal que va al Tablato por todo el fondo del valle, dirección este. Cruzamos el arroyo por la escalera. Muchas gracias, Sendero Límite, en este día del Patrón de los enamorados de las montañas. Estamos en vuestra casa.
Al poco, y en vez de seguir hacia el citado Tablato, en gran giro a la derecha, enfilamos al sur. Aparece Cupido, celoso, con viento y nubes. Para las 11:30h se acabó el buen tiempo. O no, porque empieza a nevar. ¡Por fin! ¡Qué gusto!
Nos han hecho la huella, así que nos plantamos cómodamente en la horizontal expuesta, diagonal clave de la ruta. Sin problema estamos en el llano y tras él en la Nevera del Foratulas. Pero no todo es amor, ésta va a ser "una cita a ciegas". El viento tapa la huella.
Queda remontar la cubeta y escapar hacia la izquierda, al hombro final. Desde allí al collado de los Foratulas no hay nada. Creo que sí lo vamos a celebrar, en pareja, que no hay más enamorados esquiadores hoy por aquí. Las huellas que hemos seguido se lanzan en descenso por la cara norte. No creo que les sigamos, no la hemos hecho nunca y no se ve nada.
Remontamos la pala final sin viento, tiene montón de nieve.
Descenderemos por el bosque directamente al balneario, al coche. Atentos, abajo de la comba localizamos sin problema el disco rojo y la manguera de Sendero que nos advierten de virar a la izquierda, que si te emocionas y sigues recto... mal plan. No es bueno dejarse llevar tanto por el corazón.
Paquetón de nieve en el bosque. Está un poco pesada, lo que nos "obliga" a alguna que otra demostración de afecto, osea, románticas caídas y amorosos revolcones. Y continuamos el descenso en gyncana. ¡Es superdivertido!
Hemos disfrutado de lo lindo en este día de San Valentín en uno de los lugares más románticos de los Pirineos.
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