SORPRESA EN EL LAC D´ISABE (1925m):
Iniciamos el recorrido desde el aparcamiento de la pista de Bitet a 940m, delante del pueblecito. Se accede a la pista forestal cerca del pueblecito del queso, Gabas, junto a la central eléctrica de Miégebat (750m). Son un par de kilómetros que aunque están bien tienen unos badenes tremendos. Seguimos remontándola a pie ya que está cerrada al tráfico privado, hasta llegar a una explanada y su final.
Un grupo se prepara para descender el cañón. ¡Que frío!
Ascendemos entonces por el bosque, el hayedo del Bois d´Isabe, que está a unos 1170m. y cada vez hay más nieve. ¡Qué raro!, pues al pasar por Aneou tras el Portalet estaba casi sin nada, y eso que suele ser un seguro de nieve.
El bosque termina y ante nosotros vemos una pedrera totalmente cubierta de nieve.
No hemos seguido bien el camino, y es que seguíamos las huellas de un francés que bajaba del lago.
En fin, ponemos crampones para terminar la subida y, de repente, al girar para enfilar el lago... ¡SORPRESA! Majestuosas paredes con cascadas de hielo azul formando un misterioso y magnífico circo que abrazan la cubeta cerrada de este precioso lago glaciar de Isabe. Y todo cubierto de nieve.
Las nubes tapan el Pic de Sesques o l´Escarpu (2606m) que se eleva encima del lago.
Luego, en lugar de tomar la pista, bajamos por la margen derecha del Bitet atravesando un precioso bosque musgoso.
Tendremos que volver en primavera en otra ocasión para disfrutar del espectáculo de las cascadas.
¡Hoy por lo menos hemos pisado nieve!
IBONCIECHO DESDE LA SARRA (2230m):
Ha espolvoreado un poco en Tena, así que vamos a coger algo de altura para al menos verlo blanquito.
Atajamos las largas zetas de la pista que sube a la casa del ingeniero y repetidor pasivo en las faldas del Musales. La pista tiene excelentes continuas vistas de la Peña Foratata, el embalse de Lanuza y la sierra de la Partacua, pero la preciosa sendita acorta un montón. Esta vez la hemos seguido sin despistarnos.
Desde aquí se ve mucha menos nieve que en Tramacastilla. Parece que ha nevado menos.
Tomamos el camino a Ibonciecho. El pequeño ibón está en su mínima expresión, algo triste ahí encajonado, sin poder lucir su coqueto verde esmeralda. Un montañero desciende del Musales. Y para abajo, que nos esperan los amigos para ir al vermú.
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